El diario Clarín sacó una nota en su editorial que habla sobre el Efecto Pigmalion, la verdad estamos muy contentos que cada vez mas gente sepa de que se trata esto que le puede cambiar la vida a la sociedad…
PREGUNTA
Mi yerno tiene un maltrato continuo sobre uno de mis nietos. Siempre le está diciendo que hace mal las cosas y que no va a llegar a ningún lado. ¿Le hará mal a mi nieto o lo ayudará a tener más fuerza para soportar críticas? Y. P. de C., Nordelta
Según la mitología griega, Pigmalión, rey de Chipre, buscaba una mujer perfecta para casarse, pero ninguna llegaba a cumplir con sus expectativas.
Al fin abandonó la búsqueda y se dedicó a esculpir estatuas de mujeres que fueran de su agrado hasta que finalmente se enamoró de Galatea, una de sus obras, a quien empezó a tratar como si fuera una mujer real.
Un día, y por intermedio de la diosa Afrodita, Galatea cobró vida y se transformó en esa mujer de carne y hueso que tanto buscaba Pigmalión, comprobando así que su sueño y expectativa se habían hecho realidad.
Este fenómeno lo estudió la Psicología y se llegó a comprobar que si alguien cree algo con firmeza y convicción puede llegar a conseguir que eso ocurra.
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Es interesante recordar un experimento que realizaron en el año 1968 los psicólogos Robert Rosenthal y Lenore Jacobson en una escuela primaria.
El trabajo consistió en informar a los maestros que les habían tomado tests de inteligencia a los alumnos y les pasaron la lista de nombres de aquellos que habían obtenido los resultados más altos y que eran los más inteligentes, afirmando al mismo tiempo que lo que lógicamente era de esperar era que fueran los que obtuvieran los mejores desempeños al terminar el año.
Y eso fue lo que exactamente ocurrió: los alumnos mencionados como los más inteligentes obtuvieron las mejores calificaciones.
Pero, en realidad, no habían tomado ningún test de inteligencia y los alumnos mencionados habían sido elegidos al azar de la lista del colegio.
Este efecto Pigmalión se comprueba en la vida cotidiana y no sólo a nivel educativo, sino también en el ámbito laboral, social, familiar o personal.
Las expectativas sobre lo que se espera de una persona influirán sobre ella para que se comporte de una determinada manera tratando de no defraudar esas perspectivas.
Es decir, que a través de las expectativas tipo Pigmalión los humanos tendemos a responder –en mayor o menor medida– según lo que profetizan los demás.
Por lo tanto, resulta muy importante que todo individuo pueda tener a una persona (padres, por ejemplo) que lo estimule a seguir adelante, que lo ayude a confiar en sí mismo, que elogie sus habilidades, que resalte su capacidad de aprender o que confíe en cómo actuará en la vida diaria.
Esto no implica insuflar falsas expectativas o querer quedar bien sino confiar, sinceramente, en las capacidades y en los esfuerzos que pueda realizar una persona. Por lo tanto, los resultados pueden ser diferentes si los padres confían en su hijo, un profesor en su alumno, un jefe en su empleado o uno en uno mismo.
El efecto Pigmalión vale tanto y funciona de igual manera según haya expectativas positivas o negativas, pudiendo alcanzar estas últimas resultados muchas veces nefastos.
Aunque se puede lograr un control sobre la propia vida, las valoraciones, las opiniones y creencias de las personas que son significativas producen importantes efectos en la autoestima de un individuo influyendo (para bien o para mal) en cómo será su futuro funcionamiento personal.
Para conocer mas sobre el Efecto Pigmalion
FUENTE DIARIO CLARIN LINK
NORBERTO ABDALA